sábado, 9 de noviembre de 2013

¿Y un café ayuda?

De nada estoy segura, dicen en las calles que por las mañanas un café ayuda. A mi no me ayuda, no me ayuda a aligerar la carga, ni a pensar tranquila, no me ayuda a borrar tu sonrisa ni a acercarme a tu vida.

No se que hacer, me siento partida. Me siento herida y confundida. Me siento adolorida y llena de heridas, culpa... que tengo culpa, que me siento herida, que me siento herida porque la culpa me come, corroe, quema mi cabeza, mi espalda y mi alma, es ácido te digo, es ácido mi vida.

Y que lo odio, pero lo quiero, y que lo quiero, pero no se para que lo quiero. Estoy confundida, confundida del abrazo y del beso, de las frases lindas, de las miradas tiernas y los ojos tristes, de las sonrisas, de la buena ortografía, del tiempo y de la distancia, de la música clásica y la asiática, de la vida que empiezo y la que acaba.

Pero no entiendo, no entiendo porque escribo esto... si en lo único que pienso es en esta maldita distancia. Distancia que viene, distancia que está, distancia que no estaba y que se estuvo metiendo. Te odio, te quiero...y te quiero, pero no se para que te quiero.

lunes, 14 de octubre de 2013

En silencio.

A veces te encuentro feliz y tranquila. A mi lado todavía se mantiene la herida. Veo tu sonrisa, me mantienes viva, después un recuerdo y llega la melancolía. Te siento en mi pecho, me acerco a tu vida, mantenemos un eco que resuena por dentro. No tengo palabras, sólo hay silencio y así se escapa un te quiero... Pero te quiero muy lejos, que tu cariño lastima, tus ojos succionan la luz del día. Mi risa y mis sueños ya no están contigo, te quiero en silencio, te quiero mi vida.